Me levanto a las cinco de la mañana y paseo por el desierto. Eso me viene bien para mantener cierta distancia frente a la grandilocuencia de algunas palabras (nunca, para siempre, jamás). La mañana la dedico a mi obra literaria, luego hago una siesta y por la tarde me toca batallar por la paz. Escribo a mano, con bolígrafos diferentes (uno azul, otro negro) según sea una novela o un artículo contra el gobierno. Nunca los mezclo.
Escritos
Amos Oz
2 comentarios:
El silencio del desierto va muy bien para decidir el color del bolígrafo.
Salud
Francesc Cornadó
Silencio y soledad es lo que ofrece el desierto. Un lugar magnífico para pasear y meditar, con la única preocupación de llevar la cantimplora llena de agua.
Y en cuanto a Amos Oz que siga escribiendo con los dos bolígrafos. Que no olvide ninguno.
Un fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó.
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