XXV
Nadie hay tan completamente desengañado del mundo, ni que lo conozca tanto en su interioridad, ni que lo odie tanto, que viéndose tratado con benignidad no se sienta, en buena medida, reconciliado con él. Como no conocemos a nadie lo suficientemente malvado que, saludándonos cortésmente, no nos parezca menos malvado de lo que en un principio creíamos. Todas estas observaciones sirven para demostrarnos la debilidad del hombre y no para justificar ni a los malvados ni al mundo.
Nadie hay tan completamente desengañado del mundo, ni que lo conozca tanto en su interioridad, ni que lo odie tanto, que viéndose tratado con benignidad no se sienta, en buena medida, reconciliado con él. Como no conocemos a nadie lo suficientemente malvado que, saludándonos cortésmente, no nos parezca menos malvado de lo que en un principio creíamos. Todas estas observaciones sirven para demostrarnos la debilidad del hombre y no para justificar ni a los malvados ni al mundo.
Traducción de Antonio Colinas
Pensamientos
Giacomo Leopardi
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