viernes, 29 de julio de 2011

Escritura y estilo

Jean Guitton. El trabajo intelectual

Sería deseable que un buen escritor fuera vulgar y, no obstante, raro, monótono y sorprendente, homogéneo y a veces abrupto. Habría que imitar a la naturaleza, que ostenta la doble particularidad de ser simple, sólida, firme y ofrecer algo asombroso a la vuelta del camino. Cada escritor debería tener a su alcance algunas palabras que encuentre exquisitas, que ame preferentemente, y que se convierten entonces en su sello, emparentando las frases entre sí. "César, decía el caballero de Meré, estaba persuadido de que la belleza del lenguaje depende mucho más del empleo de las mejores palabras que de su diversificación y, si un término le placía, no se cansaba en absoluto de usarlo ni temía en forma alguna fatigar con él a los demás".

En una vieja revista encontré la respuesta que habían dado algunos escritores, al ser requeridos acerca de cuáles eran las diez palabras más hermosas.
André Maurois: el Silencio, el Orden, la Belleza, la Melancolía, el Encanto, la Sonrisa, Tierno, Frágil, Honesto, Amigable.
François Mauriac: Infancia, Sueño, Alba, Sangre, Embotamiento, Tempestad, Anunciación, Ceniza, Polvo, Alegría.
Paul Valéry: Puro, Día, Oro, Lago, Pico, Solo, Onda, Hoja, Manantial, Flauta.

Traducción de Celia Pereira y Carlos A. Duval

El trabajo intelectual
Jean Guitton

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