viernes, 4 de abril de 2014

Embriagaos

Charles Baudelaire, fotografiado por Etienne Carjat, 1863.

Es preciso estar siempre ebrio. A esto se reduce todo. Y no hay más. Para no sentir la horrible carga del tiempo, que abruma vuestros hombros y encorva vuestras espaldas, es preciso embriagarse sin tregua.
Y ¿con qué? Con vino, con poesía o con virtud, como gustéis. Pero embriagaos.
Y si alguna vez, en la escalinata de un palacio, en la verde hierba de una zanja o en la melancólica soledad de vuestro cuarto, despertáis, desvanecida o disminuída ya la embriaguez, preguntadle al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que murmura, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle qué hora es, y el viento, y la ola, y la estrella, y el pájaro, y el reloj os dirán: "¡La hora de embriagarse! ¡Para no ser los martirizados esclavos del tiempo, embriagaos sin cesar! Con vino, con poesía o con virtud, como gustéis".

Traducción: Bibliotecas Populares Cervantes.

Pequeños poemas en prosa
Charles Baudelaire (1821 - 1867)

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