viernes, 10 de mayo de 2019

La misericordiosa Cruz Roja

Ilustración de Bernard Charoy.

Cuando empezó la guerra hacía falta mucho personal sanitario femenino. Las voluntarias eran sometidas a una prueba única. Se les preguntaba si preferían ser oficiales o enfermeras comunes. A las que preferían ser oficiales, las llevaban a una habitación donde les comunicaban que no las necesitarían, porque no necesitaban oficiales. A todas las demás las aceptaban. Entre ellas había muchas prostitutas, porque el oficio no era muy rentable en esos días. Las enfermeras resultaron malas desde el principio; durante largo tiempo, las inspectoras tuvieron que levantarse continuamente por la noche para inspeccionar que el personal de servicio no estuviera durmiendo. Cuando terminó la guerra ya no fueron necesarias y las echaron a la calle. Para eso no hizo falta prueba alguna.

Traducción de Juan J. del Solar

Relatos (1927-1949
Bertolt Brecht

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