Christopher Blossom. Navegando en el Ártico.
Mañana nos pondremos en camino hacia una meta inexplorada: hallar la ruta de Catay en medio de océanos de hielo. Entonces veré las casas de Ámsterdam alejarse. Y en las olas, rostros, diálogos, olores de otra edad se irán uniendo al vuelo de las gaviotas. Es posible que no haya reencuentro, y la noche de ahora, noche del amor que hacemos una y otra vez sin hastiarnos, sea la última. Pero piensa que tus ojos de almendra, el eco de tu cuerpo blanco regarán mi memoria en los fríos parajes. Si no vuelvo, y algún día el hijo guardado en tu carne me pregunta, dile que aún busco un paso que me traiga, que siempre estaré intentando regresar.
Pablo Montoya
No hay comentarios:
Publicar un comentario