lunes, 19 de octubre de 2020

La Democracia ateniense

Francisco Rodríguez Adrados. La Democracia ateniense.

Los epicúreos y los cínicos

Y habrá otras reacciones contra la sociedad contemporánea: los epicúreos y los cínicos, que se alejan simplemente de la política. Epicuro, ateniense, nacido en el 341, vive en su Jardín, en comuna, con sus discípulos, una vida plácida, de intelectual alejado del mundo y de la política. Para Epicuro, el sabio no debe hacer política. Hay que respectar las leyes porque resulta más cómodo. La justicia es un pacto para no perjudicar ni ser perjudicado. La amistad, de frutos dulces, se basa en los beneficios recíprocos. Y no es que crean los epicúreos que el hombre se incline de forma natural a la benevolencia, sino que ésta resulta útil y práctica para vivir en un mundo tan conflictivo.
En cuanto a los cínicos, abandonan a la familia y, con sus alforjas, se echan a la calle (o se meten en una tinaja, desnudos, como Diógenes). Si Platón quiso arrancar del alma humana el instinto por la riqueza, y Tucídides controlarlo, el cínico aborrece de ella, y del poder, de la ciencia y de toda suerte de vanidades. Los cínicos gustan de escandalizar a la gente bien pensante de Atenas, exhibiéndose vestidos de harapos o medio desnudos en el ágora. Pero el cinismo tiene también un lado moral: buscan el trabajo y la sobriedad. En realidad, la guerra que hacen al poder es tolerada por éste. Diógenes y otros cínicos escribieron algún tratado de gobierno, preconizando estados paradisíacos de felicidad total. A través de la fábula, los cínicos popularizan sus ideas sobre el poder y los vicios humanos. Para el cínico es conveniente un poco de anarquía. Su ideal es la libertad, la bondad y la libre asociación. Poseen un ideal de concordia, a pesar de su ruptura con las normas sociales.

La Democracia ateniense (1975)
Francisco Rodríguez Adrados

No hay comentarios: