domingo, 12 de abril de 2009

Contra los cristianos

IXΘΥΣ: Iota I=Jesús, Ji X=Christos, Theta Θ=Theou (de Dios), Ípsilon Υ=Uios (Hijo), Sigma Σ=Soter (Salvador) Fuente: Wikipedia

Los peligros que los cristianos afrontan por sus creencias, supo Sócrates afrontarlos por las suyas con un coraje inabarcable y una serenidad maravillosa. Los preceptos de la moral de los cristianos, en lo que contienen de perfección, antes que ellos lo enseñaron los filósofos, y especialmente los estoicos y los platónicos. Sus críticas a la idolatría, consistentes en sostener que estatuas marmóreas o broncíneas, hechas por hombres a veces despreciables, no son dioses, fueron antes incontables veces expuestas. Así escribe Heráclito: dirigir preces a imágenes, sin saber lo que son los dioses y los héroes, ¡vale tanto como hablar con las piedras!

Contra los cristianos
Celso

2 comentarios:

Ar Lor dijo...

Salve Heráclito... y seguimos hablando de nuestros símbolos y matamos a los que hablen mal de ellos.

Higinio dijo...

Serafín Bodelón, traductor de la obra de Celso, "El discurso verdadero contra los cristianos", nos dice: "Los principales ataques doctrinales se centran sobre el relato de la creación (a la que se tilda de infantil), las profecías (cuyo determinismo implícito se opone a la libertad individual), la idea de un Dios antropomorfo o la resurrección de los cuerpos. La obra realiza una defensa a ultranza de la religión y de las instituciones del Estado romano, subrayando el peligro que implica la negativa de los cristianos a ocupar cargos públicos, servir en el ejército, rendir culto al Emperador y participar en la organización de la sociedad).
Paradójicamente el texto de Celso ha llegado hasta nosostros " no directamente, sino a través de lo que llaman en Crítica Textual "la tradición indirecta", es decir mediante citas de otros autores; Orígenes en su tratado apologético "Contra Celso" cita textualmente párrafos y párrafos enteros del "Discurso Verdadero" de Celso, con el fin de rebatirlo; y otros párrafos del texto de Celso se han salvado gracias al profundo respeto y amor a los libros de un hombre totalmente contrario ideológicamente a Celso; gracias nada menos que a San Ambrosio se salvaron muchas líneas de Celso".