viernes, 11 de enero de 2008

La partida

"Ordené que trajeran mi caballo del establo. El sirviente no entendió mis órdenes. Así que fui al establo yo mismo, le puse silla a mi caballo y lo monté. A la distancia escuché el sonido de una trompeta y le pregunté al sirviente qué significaba. Él no sabía nada ni escuchó nada.En el portal me detuvo y preguntó:
-¿Adónde va el patrón?
-No lo sé-le dije-simplemente fuera de aquí. Fuera de aquí, nada más, es la única manera en que puedo alcanzar mi meta.
-¿Así que usted conoce su meta?-preguntó.
-Sí-repliqué-te lo acabo de decir. Fuera de aquí, esa es mi meta."
La partida
Franz Kafka

1 comentario:

Ulises dijo...

Si uno pudiera ser un piel roja siempre alerta,cabalgando sobre un caballo veloz,a través del viento constantemente sacudido sobre la tierra estremecida,hasta arrojar las espuelas porque no hacen falta espuelas,hasta arrojar las riendas porque no hacen falta riendas,y apenas viera ante sí que el campo era una pradera rasa,habrían desaparecido las crines y la cabeza del caballo.

Franz Kafka
El Deseo de ser piel roja
Contemplación