jueves, 21 de febrero de 2008

Corazón tan blanco

Caillebotte:Jeune Homme à la fenêtre
Corazón tan blanco

No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados. Cuando se oyó la detonación, unos cinco minutos después de que la niña hubiera abandonado la mesa, el padre no se levantó en seguida, sino que se quedó durante algunos segundos paralizado con la boca llena, sin atreverse a masticar ni a tragar ni menos aún a devolver el bocado al plato; y cuando por fin se alzó y corrió hacia el cuarto de baño, los que lo siguieron vieron cómo mientras descubría el cuerpo ensangrentado de su hija y se echaba las manos a la cabeza iba pasando el bocado de carne de un lado a otro de la boca, sin saber todavía qué hacer con él.
Corazón tan blanco
Javier Marías

2 comentarios:

Gavilán dijo...

He leído esa novela, pero no recordaba ese párrafo impresionante.

Ar Lor dijo...

Suerte que tienes, porque yo, aparte del comienzo citado, no recuerdo nada; la tengo también, en "novelas pendientes de leer".