..."Vio en el reloj luminoso del tablero que eran más de las tres,hizo sus cálculos mentales,y sólo entonces comprendió que habían seguido de largo por Burdeos,y también por Angulema y Poitiers,y estaban pasando por el dique del Loira inundado por la creciente.El fulgor de la luna se filtraba a través de la neblina,y las siluetas de los castillos entre los pinos parecían de cuentos de fantasmas.Nena Daconte,que conocía la región de memoria,calculó que estaban ya a unas tres horas de París,y Billy Sánchez continuaba impávido en el volante.-Eres un salvaje -le dijo- Llevas más de once horas manejando sin comer nada......Nena Daconte hubiera querido ayudar a su marido en el volante,pero ni siquiera se atrevió a insinuarlo,porque él le había advertido desde la primera vez en que salieron juntos que no hay humillación más grande para un hombre que dejarse conducir por su mujer..."
Gabriel García Márquez
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