Hacía fresco y el cielo parecía un lienzo de raso negro con lentejuelas turbado por la brisa. Meé en el seto y a continuación me hundí en la tumbona. Por el rabillo del ojo miraba la ventana de la cocina para ver si ella se asomaba interesada en mi actitud. Al cabo de unos minutos se oscureció toda la casa. Esperé tenso unos instantes, en la esperanza de que mi mujer saliera al jardín con un cigarrillo encendido para compartir conmigo en la oscuridad antes de que volviéramos bromeando juntos adentro. Pero entonces vi que se encendían las luces de nuestro dormitorio, en la planta de arriba. Estábamos en octubre. En el ambiente se olía que iba a helar.Juegos de parejas
Asdrúbal Hernández
2 comentarios:
Me suena... Su autor es... es... No recuerdo ahora su nombre, pero espero que alguien me lo presente algún día.
Yo te lo presentaré, le conozco desde que era pequeño, aunque ahora que lo pienso, ¡nunca fue pequeño!
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