martes, 22 de abril de 2008

Todo Modo

"Iba en autómovil. Y este medio de transporte, que habitualmente detestaba y del cual me servía muy poco, había entrado a formar parte de mi libertad a partir del momento en que me propuse ser libre. Lo conducía pausadamente, con una calma que hacía inocuas las distracciones en que frecuentemente caía. Y precisamente la moderada velocidad, y el tranquilo placer de mirar a mi alrededor mientras conducía, me ofrecieron la posibilidad de observar, en una curva, el letrero Ermita de Zafer,3, escrito en negro sobre fondo amarillo, al que inmediatamente se prendieron, como a un anzuelo, mi inquietud y mi aprensión. Detuve el autómovil, y luego lo dejé deslizarse lentamente, hasta quedar frente a la tabla amarilla y negra. Ermita de Zafer,3. La palabra ermita, el nombre de Zafer, la cifra 3: cosas igual y deversamente sugestivas para mí; a las que se añadía la sugestión de que eran tres, el tres que se repetía, y también el hecho de que precisamente llevaba tres días vagando libremente..."

Leornardo Sciascia

Todo Modo

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