domingo, 22 de junio de 2008

El Wendigo

Ivan Shishkin. El bosque
-Es bastante curiosa la leyenda esa -observó el doctor, después de una pausa excepcionalmente larga y con la intención de interrumpirla, más que por ganas de hablar-. El Wendigo es simplemente la personificación de la LLamada de la Selva, que algunos individuos escuchan para precipitarse hacia su propia destrucción.
-Eso es -dijo Hank-. Y cuando lo oyes, no hay posibilidad de que te equivoques. Te llama por tu propio nombre.
Siguió otra pausa. Después, el doctor Cathcart volvió tan súbitamente al tema prohibido, que pilló a los otros dos desprevenidos.
-La alegoría es significativa -dijo, tratando de escrutar la oscuridad que le rodeaba-, porque la Voz, según dicen, recuerda los ruidos menudos del bosque: el viento, un salto de agua, los gritos de los animales, y cosas así. Y una vez que la victima oye eso... ¡se acabó! Dicen que sus puntos más vulnerables son los pies y los ojos; los pies, por el placer de caminar, y los ojos, porque gozan de la belleza. El infeliz vagabundo viaja a una velocidad tan espantosa, que los ojos le sangran y le arden los pies.
El Wendigo
Algernon Blackwood

4 comentarios:

Higinio dijo...

El relato El Wendigo pertenece a la saga de Los Mitos de Cthultu.Tal vez en alguna Librería de Viejo nos esperan los innumerables libros mencionados en los Mitos. Muchos perdidos y otros olvidados.
Valgan unos ejemplos:
Los Manuscritos Pnakóticos.
Los Siete Libros Crípticos de Hsan.
El Necronomicon de Abdul Alhazred.
El Libro de Eibon.

Indicaré que en las desaparecidas librerías Astarloa y Arrilucea vi algunos de estos libros. Pero el miedo atenazó mi mano...

Ar Lor dijo...

En la librería Astarloa, conocí con estupor adolescente (y con avidez mórbida de bibliómano), la existencia de un libro encuadernado con piel humana. Mis pensamientos fueron una "selva selvaggia", que prefiero no comentar:
"Ahi quanto a dir qual era è cosa dura
esta selva selvaggia e aspra e forte
che nel pensier rinova la paura!"

Gavilán dijo...

Recordad la librería Arturo. Una tarde, lluviosa y negra como boca de lobo, me topé en ella con un libro cuyo lomo no presentaba signo alguno. Lo saqué de la estantería. Sus pastas eran duras y negras, e igualmente no tenían nada que lo identificara. ¿Qué diablos era aquello? Qué sorpresa al abrirlo...

Ulises dijo...

A la lista de libros que comenta Higinio,añado el famoso "Tratado del gusano".No se si habéis tenido ocasion de leer sobre el mismo,pero llevo años intentando dar con alguna edición,sabiendo perfectamente,que nunca sucederá.
Otro libro,es este caso,de poemas,también perdido,incluso en la mente de su autor,es el titulado "El castillo de las piedras negras",del que conservo,por fortuna,un poema inédito.