jueves, 24 de julio de 2008

Nada es como antes



-Primo, ¿me estás evaluando?
-¿Qué quieres decir?
-He visto cómo me miras. Esperas a que esté descuidada para desnudarme con la mirada.
-No seas idiota, nena. Te falta mucho para que empiecen a mirarte los tíos. Al menos como miran cuando tienen ganas.
-¿Y cómo me miras tú?
Será cabrona- se dijo él.
-No importa- prosiguió ella-. Estoy acostumbrada a que los chicos me miren así en el instituto. Es algo inofensivo. Sólo es una forma idiota de calentarse sin llegar a nada.
La madre que te parió-volvió a rumiar él.
-¿Cuántos años tienes?- quiso saber ella.
-Veintiocho. ¿Por qué ?
-Por nada. Los adultos retorcéis las cosas hasta darle la forma de vuestras necesidades.
Serás hijaputa.
-¿Qué tal los pollos?
-¿Eh?- le había cogido desprevenido.
-Los pollos. Mi madre me contó que trabajas en una granja de pollos.
-Lo dejé. Faltaba trabajo. O sobraba mano de obra. Elige.
-Te despidieron.

Nada es como antes
Asdrúbal Hernández

1 comentario:

Ar Lor dijo...

Gavilán, pregúntale a Asdrubal, si la prima tenía coletas, era muy mona y de Valladolid.