y dijimos: vamos, vamos a Europa,Sepulcro en Tarquinia
alta Ginebra de cristal muy grueso,
cafetines de piedra con luz roja, oh Calvino,
y cuánto lago y catedral, Friburgo, Salisburgo,
Nietzsche pasea loco por los bosques de Sils,
yo creo que está un poco desgastado
el disco de París, pero sus oros...
y dijimos: más lejos, aunque arda
la piel, caía la lluvia en Boulogne,
entre dos anarquistas la irlandesa
cantaba, los aviones sobre los chorreantes
prados de Welwyns Gardens, un cielo de cerveza,
Siena, Siena, tus rizos de doncella
y el labio suave como oliva,
se levanta la noche con magnolias
sobre los lupanares de Pompeia,
deprisa, llegaremos aún a tiempo
de tocarle los pechos a la noche griega.
Antonio Colinas
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