Y ahora, sin ánimo alguno de comparación, recuerdo a Plá y esas líneas de Chesterton en el prólogo a Enormes minucias: "Y es que ninguno de nosotros pensamos bastante en esas cosas, en esas cosas en que nuestros ojos descansan. ¿P0r qué han de ser los ojos tan haraganes? Ejercitemos los ojos hasta que puedan ver los hechos llamativos que cruzan el paisaje tan claros como una valla vistosa. Seamos atletas oculares. Aprendamos a escribir ensayos sobre un gato extraviado o sobre una nube iridiscente".
Regresar a la Prose du Transsibérien, regresar a las líneas subrayadas en viaje, regresar a los días subrayados por el viaje, y a su conjuro emprender el camino de regreso, el único que es posible.
La Negra Provincia De Flaubert
Miguel Sánchez-Ostiz
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