lunes, 6 de octubre de 2008

"alice in wonderland"/Vogue

Foto: Annie Leibovitz "alice in wonderland"/Vogue US dec 2003
(modelo Natalia Vodianova)(diseñador Helmut Lang)
Alice's Adventures in Wonderland
CHAPTER IV
The Rabbit Sends in a Little Bill
Alas! it was too late to wish that! She went on growing, and growing, and very soon had to kneel down on the floor: in another minute there was not even room for this, and she tried the effect of lying down with one elbow against the door, and the other arm curled round her head. Still she went on growing, and, as a last resource, she put one arm out of the window, and one foot up the chimney, and said to herself `Now I can do no more, whatever happens. What will become of me?'
Luckily for Alice, the little magic bottle had now had its full effect, and she grew no larger: still it was very uncomfortable, and, as there seemed to be no sort of chance of her ever getting out of the room again, no wonder she felt unhappy.
`It was much pleasanter at home,' thought poor Alice, `when one wasn't always growing larger and smaller, and being ordered about by mice and rabbits. I almost wish I hadn't gone down that rabbit-hole--and yet--and yet--it's rather curious, you know, this sort of life! I do wonder what can have happened to me! When I used to read fairy-tales, I fancied that kind of thing never happened, and now here I am in the middle of one! There ought to be a book written about me, that there ought! And when I grow up, I'll write one--but I'm grown up now,' she added in a sorrowful tone; `at least there's no room to grow up any more here.'
`But then,' thought Alice, `shall I never get any older than I am now? That'll be a comfort, one way--never to be an old woman-- but then--always to have lessons to learn! Oh, I shouldn't like that!'
`Oh, you foolish Alice!' she answered herself. `How can you learn lessons in here? Why, there's hardly room for you, and no room at all for any lesson-books!'

Alicia en el País de las Maravillas
Capítulo IV
La casa del conejo
¡Por desgracia, era demasiado tarde para pensar en ello! Siguió creciendo, y creciendo, y muy pronto tuvo que ponerse de rodillas en el suelo. Un minuto más tarde no le quedaba espacio ni para seguir arrodillada, y tuvo que intentar acomodarse echada en el suelo, con un codo contra la puerta y el otro brazo alrededor del cuello. Pero no paraba de crecer, y, como último recurso, sacó un brazo por la ventana y metió un pie por la chimenea, mientras se decía:
--Ahora no puedo hacer nada más, pase lo que pase. ¿Qué va a ser de mí?
Por suerte la botellita mágica había producido ya todo su efecto, y Alicia dejó de crecer. De todos modos, se sentía incómoda y, como no parecía haber posibilidad alguna de volver a salir nunca de aquella habitación, no es de extrañar que se sintiera también muy desgraciada.
--Era mucho más agradable estar en mi casa --pensó la pobre Alicia--. Allí, al menos, no me pasaba el tiempo creciendo y disminuyendo de tamaño, y recibiendo órdenes de ratones y conejos. Casi preferiría no haberme metido en la madriguera del Conejo... Y, sin embargo, pese a todo, ¡no se puede negar que este género de vida resulta interesante! ¡Yo misma me pregunto qué puede haberme sucedido! Cuando leía cuentos de hadas, nunca creí que estas cosas pudieran ocurrir en la realidad, ¡y aquí me tenéis metida hasta el cuello en una aventura de éstas! Creo que debiera escribirse un libro sobre mí, sí señor. Y cuando sea mayor, yo misma lo escribiré... Pero ya no puedo ser mayor de lo que soy ahora --añadió con voz lugubre--. Al menos, no me queda sitio para hacerme mayor mientras esté metida aquí dentro. Pero entonces, ¿es que nunca me haré mayor de lo que soy ahora? Por una parte, esto sería una ventaja, no llegaría nunca a ser una vieja, pero por otra parte ¡tener siempre lecciones que aprender! ¡Vaya lata! ¡Eso si que no me gustaría nada! ¡Pero qué tonta eres, Alicia! --se rebatió a sí misma--. ¿Cómo vas a poder estudiar lecciones metida aquí dentro? Apenas si hay sitio para ti, ¡Y desde luego no queda ni un rinconcito para libros de texto!
Alicia en el País de las Maravillas
Lewis Carroll

2 comentarios:

Gavilán dijo...

¡Vaya, vaya, con Alicia! No era así, cuando la conocí.

Ar Lor dijo...

Tiene 26 añitos y ya está en la Wikipedia.