PEDRO PÁRAMOVine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. "No dejes de ir a visitarlo -me recomendó. Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dar gusto conocerte." Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después de que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.
Todavía antes me había dicho:
-No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio... El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.
-Así lo haré, madre.
Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala.
Pedro Páramo
Juan Rulfo
3 comentarios:
¡Vaya novela, Ar Lor. Que un escritor alcance la gloria con dos libros, recuerda el maravilloso libro de relatos "El llano en llamas", es asombroso.
Que nos dé lo que nunca nos dió:
el olvido.
Entonces, yo podría dormir de un solo jalón toda la noche y despertar mañana y sería viernes dos de mayo...
Saludos cordiales.
G
Bienvenida gabriela clavo y canela, G,escribes unos poemas muy bellos, me he dado un paseo por tus blogs.
Gavilán, perdona, me había olvidado de tí: eso se llama eficiencia.
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