Teseo

Durante unos juegos convocados por Egeo, el hijo del rey de Creta Minos, Androgeo, murió de forma no demasiado clara. Como reparación de este hecho, Minos había exigido de Atenas un tributo pagadero cada nueve años de siete jóvenes y siete doncellas. Cuando debía satisfacerse el tributo por tercera vez, los atenienses murmuraban contra Egeo, por lo que Teseo se ofreció para ser enviado a Creta.

Cuando partió para la isla, Teseo recibió de su padre dos juegos de velas para el barco. La negra sería para el viaje de ida al encuentro del Minotauro, la blanca era para que, si volvía sano y salvo su padre, al verla en el horizonte, supiese la buena noticia. A su llegada a Creta, Teseo fue preparado para ser ofrecido en sacrificio al poderoso y monstruoso Minotauro, pero antes fue visto por Ariadna, hija de Minos, la cual le dio un ovillo de hilo, que debía ayudarle a no perderse en el laberinto donde habitaba el Minotauro. La única condición de Ariadna era que, una vez libre, Teseo se casase con ella y la llevase a Atenas. Teseo, después de matar al Minotauro a puñetazos, se llevó consigo a Ariadna, pero cuando llegaron a la isla de Naxos, aprovechando que ésta se quedó dormida, la abandonó y se dirigió a Atenas. Pero olvidó de cambiar las velas negras por las blancas, símbolo de su triunfo y Egeo, al divisar el barco, pensó que su hijo había muerto y se arrojó desde un acantilado al mar y se mató. Desde entonces este mar es conocido como mar Egeo.

Diccionario de Mitología Universal
J. F. M. Noël