- ¿Dónde estoy? - Digo yo, y me paro, jadeánte."Del infierno"
- Dónde siempre has estado, en el laberinto.
- ¿En qué punto del laberinto? ¿Y dónde está el laberinto?
- ¿Cómo puedes pretender saber dónde está el laberinto, si todo es el laberinto? ¿Por qué no preguntas dónde está el aire, la luz, la noche? El laberinto está aquí, pero ¿dónde está "aquí"? Naturalmente, decir "aquí" es lo mismo que decir "allí". ¿No?
- Considero la situación desorientadora - replico cortésmente.
- Digamos entonces que el laberinto lo produces tú corriendo, y por otra parte no podrías dejar de correr porque estás en el laberinto. Obvio.
- Obvio - susurro.
Giorgio Manganelli
1 comentario:
Buen texto e imagen, Gavilán.
Publicar un comentario