Don Quijote de la ManchaCapítulo XXIQue trata de la alta aventura y rica ganancia del yelmo
de Mambrino, con otras cosas sucedidas a nuestro
invencible caballeroEn esto comenzó a llover un poco, y quisiera Sancho que se entraran en el molino de los batanes, mas habíales cobrado tal aborrecimiento don Quijote por la pesada burla, que en ninguna manera quiso entrar dentro; y, así, torciendo el camino a la derecha mano, dieron en otro como el que habían llevado el día de antes.
De allí a poco, descubrió don Quijote un hombre a caballo que traía en la cabeza una cosa que relumbraba como si fuera de oro, y aun él apenas le hubo visto, cuando se volvió a Sancho y le dijo:
—Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas, especialmente aquel que dice: «Donde una puerta se cierra, otra se abre». Dígolo porque si anoche nos cerró la ventura la puerta de la que buscábamos, engañándonos con los batanes, ahora nos abre de par en par otra, para otra mejor y más cierta aventura, que si yo no acertare a entrar por ella, mía será la culpa, sin que la pueda dar a la poca noticia de batanes ni a la escuridad de la noche. Digo esto porque, si no me engaño, hacia nosotros viene uno que trae en su cabeza puesto el yelmo de Mambrino, sobre que yo hice el juramento que sabes.
(Edición del Instituto Cervantes)
(Dirigida por Francisco Rico)
Miguel de Cervantes
1 comentario:
"Pero no toda imaginación despierta en la primera página. Siempre he creído, que la novela moderna comienza en el capítulo XXI del Quijote, donde Cervantes narra la aventura del Yelmo de Mambrino. «En esto, comenzó a llover un poco»... La armonía contrapuntística que se producirá a partir de ese comienzo, se levantará por encima del tiempo y acabará derramándose un día en nuestra mesa, haciendo flotar nuestros papeles."
Salvador Garmendia
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