Mi hija pequeña viene del cole y me dice: "¿Sabes, papi, que los pájaros son más inteligentes que nosotros, los humanos, porque para viajar no necesitan mapas ni señales escritas?". De inmediato, en un parpadeo, vi una enorme bandada de miles de estorninos cruzando el oceáno, amparados por la luz difusa de las estrellas, dejando caer a los débiles y enseñando la ruta a los pequeños, y pensé una vez más en la clara superioridad del instinto sobre la idea, de la naturaleza sobre la cultura.
Arca de roca
Mario Satz
5 comentarios:
-Bien, hijita. Pero dime, cariño, ¿un pajarillo podría decir a su padre pájaro: papá, papá, somos más inteligentes que los humanos, porque ellos necesitan trazar mapas y rutas para viajar? No, ¿verdad?
-No, papá.
-¿Prefieres ser pájaro o una niña?
Ella miró en silencio al canario de la jaula y después, de nuevo a su padre.
-¿Él sabe que está enjaulado?
-Creo que lo siente. Sí, debe de tener ese sensación.
-¿Y sufre?
-Me temo que sí- respondió el padre.
La niña se quedó pensativa de nuevo.
-¿Podríamos dejarle libre?, dijo entonces.
-Desde luego, cariño. Pero quiero decirte dos cosas: una, que tu hermano se va a enfadar, puesto que lo compró él; y otra, que la compasión, precisamente la compasión y no la intelingencia es la que nos hace mejores que los animales.
Y ahora, dame un beso, enana.
Las aves llevan 65 millones de años en el planeta, y los humanos modernos unos 200.000 años, por tanto la compasión humana apenas lleva 200.000 años en el planeta, si dentro de 65 millones de años, queda un atisbo de compasión humana, el padre, tendrá razón.
No es el tiempo que dura lo que hace más bella una rosa, querido Ar Lor. De cualquier modo, te emplazo a discutirlo cuando nos sentemos a la misma mesa en la cena.
Touché.
Deberíamos practicar más el arte del florete.
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