domingo, 25 de enero de 2009

Eduardo Scala

Colette Calascione. Pájaro con huevo
-Hablemos entonces de ciudades o lugares que le hayan importado.
-Yo creo que el lugar siempre es interior. A mí me hubiera gustado vivir en algunas ciudades. Cuando miras un mapa, quedas abrumado. Casi es un pecado morirte sin haber pisado o vivido en según qué lugares. Pero, puesto que no puedes viajar por fuera, viajas por dentro. Es decir, te atas a la silla y haces como Lao Tse o Julio Verne. Yo voy y vengo constantemente en ese viaje interior. Al gran maestro Alekhine, campeón del mundo de ajedrez, que había visitado numerosos países, le preguntaban: "¿Cuál es la ciudad más bella que ha visto?" Y contestaba: "Aquella en la que gané el último torneo". Es decir, donde había conectado con su centro. El espacio exterior casi no existe. Llegamos a lugares maravillosos, y se convierten en un infierno. Vamos al desierto, y encontramos el pozo o el oasis. Al final, estas referencias despistan. Por ejemplo, yo he vivido dos años y medio en un molino de la isla de Mallorca, sin luz eléctrica, y no estaba ni en un molino, ni en una isla, ni sin luz. Estaba ante una mesa vacía y una hoja en blanco, pero volaba en una nave espacial, como un cosmonauta. Y el lugar del cosmonauta, ¿cuál es...?
-La cápsula...
-Yo estoy en una cápsula, y de vez en cuando salgo.

Ocho poetas raros
José Luis Caballero, José María Parreño

No hay comentarios: