De luzbel no se puede salir, pero en cambio, se puede entrar, aunque nadie parece haberlo hecho deliberadamente. Se arriba por casualidad, se llega porque no se pudo ir a otra parte. Son muchos los viajeros que se detuvieron en la ciudad de Luzbel sólo en tránsito, como etapa de un viaje más largo, y no volvieron a salir de ella. Iban por un día, por una noche, pero algo -imperceptible- los detuvo y ya no salieron más. "Lo que los retuvo es el tiempo -me comentó el viajero-, la inmovilidad de un tiempo estancado, siempre el mismo, para el cual no existe el mañana, ni el después". No dan explicaciones, ni arguyen pretextos para quedarse, porque nadie les pregunta nada, y porque, somnolientos, como hipnotizados, tampoco saben que se están quedando...
Cosmoagonías
Cristina Peri Rossi
2 comentarios:
Me gusta la avenida de la ciudad de la imagen. ¿Dónde se halla, Higinio?
Lo ignoro,es imposible saberlo ya que nadie ha salido de allí.Se entra imprevisiblemente en ella, así que cuidado con la próxima ciudad que visites...
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