Libro de las maravillas del mundoLibro de las maravillas del mundo
Libro II
Capítulo VIIIDonde las gentes tienen cabeças de perros, y del más hermoso rubí del mundo.
De aquesta isla se va hombre por la mar Occeana por muchas islas hasta una isla que ha nombre Bacemeran, la qual es muy hermosa y muy grande, de manera que tiene en ruedo cien leguas.
Y todos los hombres y mugeres de aquella tierra tienen las cabeças como perros, y los llaman "canefales" y son razonables y de muy buen entendimiento; y adoran un buey assí como a su dios, y cada uno lleva un buey de oro en la frente como a su dios en señal que ellos aman mucho a su dios; y van todos desnudos salvo que llevan un poco de trapo con que cubren sus vergüenças. Aquestas gentes son grandes de cuerpo y fuertes combatientes, y llevan una adarga al cuello con que se cubren el cuerpo, y una lança en la mano. Y si toman algún hombre en la batalla ellos se lo comen (y en esto parecen bien canes).
Y el rey de aquella tierra es muy rico y muy poderosíssimo y muy devoto según su ley d´ellos; este rey lleva todos los días perlas de oriente como avellanas colgadas del cuello a manera de cuentas, y en la manera que nosotros dezimos el "Pater Noster" y "Ave María" por las cuentas, assí dize aquel rey cada día quatrocientas rogativas a su dios muy devotamente ante que él coma; este rey lleva assí mismo alderredor de su cuello un rubí de oriente el qual es de muy gran valor, que tiene cerca de un pie de largo y cinco dedos en ancho; y en la hora que ellos lo eligen por rey, entonces le dan aquel rubí y él lo lleva todos días en su mano, y assí lo llevan ellos por la ciudad cavalgando con mucha honra y dende adelante le son todos obedientes y aqueste rubí lleva él al cuello.
Y si no lo truxesse assí no lo ternían por rey. El gran Can ha deseado mucho este rubí y jamás lo ha podido haver ni por guerra ni por amor. Aqueste rey es muy justiciero según su ley, y es tan justo que puede yr hombre por toda su tierra con quanto quissiere llevar que no ay ninguno tan osado que le ose hazer ningún daño que luego no sea hecha justicia d´él.
(Transcripción y presentación de Estela Pérez Bosch)
Juan de Mandeville
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