Los doce trabajos de HérculesLos doce trabajos de HérculesEl cuarto trabajo fue cuando Ércules ganó la mançana de oro guardada por el valiente dragón. Aquesta es una ficçión o figura por los poetas puesta e mucho comendada atal.
Capítulo Cuarto
Fue un rey en las partes de Libia al cual dezían Atalante; e por habundança de riquezas, ordenó a su deleite un vergel cuyos árboles e fructos todos eran de oro, ençerrado de çerca muy artifiçiosa e fermosa. En el medio de aqueste vergel era un árbol más alto e mejor paresçiente que los otros; e allí era la más fermosa e de mayor valía mançana, a cuyo defendimiento un dragón grande de cuerpo e fiero en vista estava embuelto en aquel tronco de aquel árbol. Éste siempre velava por que alguno la mançana cojer non pudiese que con él non pelease. Todo este vergel a tres donzellas era encomendado, e ellas guardavan la puerta. Dezíanles espéridas, por ser fijas de Espero, hermano que fue de Atalante.
Estas cosas sabiendo Ércules e oyendo por çertidumbre, fue en Libia al lugar do era el dicho vergel e, contentadas e bueltas a su voluntad por continuados ruegos e dulçes palabras las espérides, entró en el maravilloso vergel, non deteniéndose en los menores árboles fasta que llegó al medio, onde vio el muy alto árbol e preçioso. Non espantándose nin dubdando d'él e al velante dragón, antes aquél e con él derribando e peleando lo vençió. E tomó del árbol la rica mançana e presentóla a Euristeo, rey de los argólicos, ennoblesçiendo d'él toda aquella región. De aqueste trabajo faze mençión Lucano en el su noveno libro; e muchos poetas han alabado aquesta ficçión.
La alegoría de la cual es tal. La tierra de Libia es o se estiende la e por nuestra humanidat, seca e arenosa, pero dispuesta a produzir maravillosos fructos. En la cual el omne sabio, entendido por Atalante, que es señor d'ella, planta la huerta de diversas o departidas sçiençias, siquiera saberes, que produzen fructos de oro por exçelençia o mejoría. En el medio de aquéllas es ell alto árbol de philosofía, en el cual se cría el mayor e el mejor fruto, guardado por la intricaçión e subtileza, entendida por el dragón velante todavía, ca en alguna ora non puede ser fallada aí negligençia, entendida por el dormir. Es guardada la huerta por las tres donzellas espérides, que son inteligençia, memoria e elocuençia. Es çerrado de muro o çerca este vergel, a demostrar la ordinaçión e çiertas reglas que lo çircundan. En él non se puede entrar si non por la puerta, que se entiende por los çiertos prinçipios e propios, que dan entrada e son puerta de saber.
Oyendo esto Ércules, que es el deseoso de saber, va en aquellas partes, es a saber sigue los estudios e apazigua las dichas donzellas, dándose al entender, membrar e demostrar lo aprendido. Así entra en el çercado e nombrado vergel. E non queda nin se detiene en los menores árboles, que son los menores saberes, fasta que viene al medio, onde es el nasçimiento del saber e comienço d'él. En esta guisa, con trabajo continuado, vençe la rudidat suya que le embarga o vieda coger la mançana de tanto presçio. E así toma los verdaderos prinçipios e cognosçe las çiertas fines. E después presenta aquella mançana al su enseñador o maestro, que tiene lugar de rey çerca d'él rigiéndolo. E esto faze por que lo çertifique e aprueve, alumbrando o esclareçiendo por ende toda la región de los aprendientes, faziendo cresçer el su desseo e asegurando la su esperança.
Enrique de Villena
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