En estos relatos encontramos la respuesta al interrogatorio planteado al principio acerca de la total frescura de los apuntes de un cazador, su absoluta modernidad. Aventuremos ésta: la clave está en la "objetividad" ejemplar con que se cuenta todo, en "la invisibilidad del dispositivo narrativo". Y aunque el género del relato haya evolucionado en el siglo XX hacia la tormentosa irrealidad kafkiana o el ensayo-comentario de Borges, el viejo y nuevo arte de narrar historias aparece en Turguéniev como núcleo o condensación de lo esencial: una circunstancia, un lugar, un personaje, un hecho curioso y un narrador dispuesto a contarlo.Prólogo de José Manuel Prieto a "La reliquia viviente", de Ivan Turguéniev
1 comentario:
¡Siempre! ¡Un narrador dispuesto a contarlo!
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