Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios, que salva el metal, salva la escoria
y cifra en su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido.
Ya todo está. Los miles de reflejos
que entre los dos crepúculos del día
tu rostro fue dejando en los espejos
y lo que irá dejando todavía
Y todo es una parte del diverso
cristal de esa memoria, el universo;
no tienen fin su arduos corredores
y las puertas se cierran a tu paso;
sólo del otro lado del ocaso
verás los Arquetipos y Esplendores.
El otro, uno mismo
Jorge Luis Borges
1 comentario:
Estoy repasando la poes´´ia de Borges y no he podido resistirlo. Que un alma caritativa se apiade y le haga la cirug´´ia est´´etica. ¡Dios, mi ordenador est´´a siendo el campo de batalla de la guerra de las galaxias...!
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