Marioni fue, pues, el único naturalista que ha escrito sobre los genios del "Bosque Viejo".
La noticia, por lo demás, no era nueva, porque en tiempos remotos ya se conocía y se repetía de boca en boca por toda la comarca. Es posible que quien primeramente conociera el hecho fuera algún leñador. Éste la transmitiría a los demás aldeanos.
Sin embargo, ahora tenían el hecho por una ridícula superstición.
Los sucesivos propietarios del "Bosque Viejo" y los aldeanos del valle notaron, sí, que aquellos árboles tenían algo raro. A esto se debe, quizás, el que nadie se atreviese a talar en el bosque. A pesar de ello, cuando alguien hablaba de los genios todo eran risas de burla.
Únicamente los niños, libres de prejuicios, creían que el bosque estaba poblado por genios. Pero su conocimiento del asunto era muy vago. Así, cuando se iban haciendo mayores no les costaba trabajo cambiar de parecer, infuidos por las fábulas inverosímiles que les contaban sus padres.
Debemos confesar que tampoco nosotros tenemos de los genios del "Bosque Viejo" informes muy precisos. Parece, como escribió el abate Marioni, que éstos algunas veces debían tener apariencia de personas y animales y salir de los árboles, cosa que sólo ocurría en circunstancias excepcionales.
Traducción de Antonio Espina
La noticia, por lo demás, no era nueva, porque en tiempos remotos ya se conocía y se repetía de boca en boca por toda la comarca. Es posible que quien primeramente conociera el hecho fuera algún leñador. Éste la transmitiría a los demás aldeanos.
Sin embargo, ahora tenían el hecho por una ridícula superstición.
Los sucesivos propietarios del "Bosque Viejo" y los aldeanos del valle notaron, sí, que aquellos árboles tenían algo raro. A esto se debe, quizás, el que nadie se atreviese a talar en el bosque. A pesar de ello, cuando alguien hablaba de los genios todo eran risas de burla.
Únicamente los niños, libres de prejuicios, creían que el bosque estaba poblado por genios. Pero su conocimiento del asunto era muy vago. Así, cuando se iban haciendo mayores no les costaba trabajo cambiar de parecer, infuidos por las fábulas inverosímiles que les contaban sus padres.
Debemos confesar que tampoco nosotros tenemos de los genios del "Bosque Viejo" informes muy precisos. Parece, como escribió el abate Marioni, que éstos algunas veces debían tener apariencia de personas y animales y salir de los árboles, cosa que sólo ocurría en circunstancias excepcionales.
Traducción de Antonio Espina
El secreto del bosque viejo
Dino Buzzati
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