Años más tarde Giono recordaría el momento más decisivo de su vida, aquella tarde del 20 de diciembre de 1911 (tenía dieciséis años) en que por fin dispuso de suficiente dinero para comprar el libro más barato que pudo encontrar. Resultó ser un poemario de Virgilio. Jamás olvidaría ese primer resplandor de su propia energía creadora: "mi corazón renació".
Giono decía riendo que la gente de París le mandaba cuestionarios debido a que no querían leer sus libros. Pero si echamos un vistazo a uno de esos documentos que él respondía, podemos oírle decir en tono burlón: ¿Mi ideal de felicidad? La paz. ¿Mi personaje ficticio favorito? Don Quijote. ¿Mi personaje histórico favorito? Maquiavelo. ¿Mis heroínas en la vida real? No hay heroínas en la vida real. ¿Mi pintor? Goya. ¿Mi músico? Mozart. ¿Mis poetas? Villon y Baudelaire. ¿Mi color predilecto? El rojo. ¿Mi flor? El narciso. ¿El rasgo principal de mi carácter? La lealtad. ¿Mi principal defecto? La mentira piadosa. ¿Cómo quisiera ser? Indulgente. ¿Mi ocupación favorita? Escribir.
Giono decía riendo que la gente de París le mandaba cuestionarios debido a que no querían leer sus libros. Pero si echamos un vistazo a uno de esos documentos que él respondía, podemos oírle decir en tono burlón: ¿Mi ideal de felicidad? La paz. ¿Mi personaje ficticio favorito? Don Quijote. ¿Mi personaje histórico favorito? Maquiavelo. ¿Mis heroínas en la vida real? No hay heroínas en la vida real. ¿Mi pintor? Goya. ¿Mi músico? Mozart. ¿Mis poetas? Villon y Baudelaire. ¿Mi color predilecto? El rojo. ¿Mi flor? El narciso. ¿El rasgo principal de mi carácter? La lealtad. ¿Mi principal defecto? La mentira piadosa. ¿Cómo quisiera ser? Indulgente. ¿Mi ocupación favorita? Escribir.
Epílogo a El hombre que plantaba árboles
Norma L. Goodrich
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