Alessandro Baricco. Foto de Toni Garriga. Agencia EFE.
Y, sin embargo,
si por ejemplo se pudiera en el mismo instante, justo en el mismo instante, al mismo tiempo -si se pudiera apretar una rama helada en la mano, beber un sorbo de aguardiente, ver volar una carcoma, tocar el musgo, besar los labios de jun, abrir una carta que se espera desde hace años, mirarse al espejo, apoyar la cabeza en la almohada, acordarse de un nombre olvidado, leer la última frase de un libro, oír un grito, tocar una telaraña, advertir que alguien nos llama, dejar que se nos caiga de la mano un jarrón de cristal, cubrirse la cabeza con la manta, perdonar a alguien nunca perdonado...
Traducción de Carlos Gumpert y Xavier Gonzáles Rovira
si por ejemplo se pudiera en el mismo instante, justo en el mismo instante, al mismo tiempo -si se pudiera apretar una rama helada en la mano, beber un sorbo de aguardiente, ver volar una carcoma, tocar el musgo, besar los labios de jun, abrir una carta que se espera desde hace años, mirarse al espejo, apoyar la cabeza en la almohada, acordarse de un nombre olvidado, leer la última frase de un libro, oír un grito, tocar una telaraña, advertir que alguien nos llama, dejar que se nos caiga de la mano un jarrón de cristal, cubrirse la cabeza con la manta, perdonar a alguien nunca perdonado...
Traducción de Carlos Gumpert y Xavier Gonzáles Rovira
Tierras de cristal
Alessandro Baricco
2 comentarios:
¡Qué belleza! sólo he leído Seda de Baricco, pero esto...,esto es maravilloso.
Beatriz
Tienes razón, Beatriz. Las novelas de Baricco están llenas (o me lo parecen)de líricos chispazos.
Un saludo.
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