Aun cuando pasaran años sin que abriese su Historia, no por eso dejaba yo de pensar en su autor. En tiempos había sido un hombre de carne y hueso, un personaje real, caído luego en el olvido durante dos milenios y hoy, después de tantos siglos, volvía a ser -al menos para mí- una figura viva. Lo doté del aspecto y de los rasgos que quería darle. Lo había convertido en mi Heródoto, y en tanto que mío, me resultaba particularmente próximo; hablábamos la misma lengua y nos entendíamos a la primera palabra.
Me lo imaginaba en situaciones como ésta: se me acerca cuando me encuentro en la orilla de algún mar, deposita a un lado el bastón, sacude las sandalias de la arena y sin más dilaciones inicia una conversación. Seguramente es uno de esos charlatanes que van a la caza de oyentes, que necesitan de un auditorio; sin oyentes se marchitan, no saben vivir sin ellos. Se trata de personas dotadas de la singular naturaleza de los coparticipadores: incansables y siempre en estado de excitación, en cuanto ven u oyen algo en alguna parte, enseguida tienen que transmitirlo a otros; son incapaces de guardárselo ni por un momento. Esa pasión suya la consideran también su misión: ¡partir, llegar, enterarse y comunicar el hallazgo al mundo sin perder un segundo!
Traducción del polaco de Agata Orzeszek
Me lo imaginaba en situaciones como ésta: se me acerca cuando me encuentro en la orilla de algún mar, deposita a un lado el bastón, sacude las sandalias de la arena y sin más dilaciones inicia una conversación. Seguramente es uno de esos charlatanes que van a la caza de oyentes, que necesitan de un auditorio; sin oyentes se marchitan, no saben vivir sin ellos. Se trata de personas dotadas de la singular naturaleza de los coparticipadores: incansables y siempre en estado de excitación, en cuanto ven u oyen algo en alguna parte, enseguida tienen que transmitirlo a otros; son incapaces de guardárselo ni por un momento. Esa pasión suya la consideran también su misión: ¡partir, llegar, enterarse y comunicar el hallazgo al mundo sin perder un segundo!
Traducción del polaco de Agata Orzeszek
Viajes con Heródoto
Ryszard Kapuscinski
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