Alta, fina, de luto, dolor majestuoso,
se cruzó una mujer. Con un gesto precioso
recogía la blonda que la brisa agitaba.
Y era ágil, noble, con su pierna de escultura.
Yo bebí en el instante, embriagado y crispado,
en su pupila -cielo de tormenta preñado-
placer mortal y a un tiempo fascinante dulzura.
Un relámpago... ¡y noche! Fugitiva beldad
cuya mirada me ha hecho de pronto renacer,
¿no he de volver a verte sino en la eternidad?
¡Lejos, lejos..., o tarde..., cuando no pueda ser!
Pues dónde voy no sabes, ni yo sé adónde huiste,
¡tú, a quien yo hubiera amado, tú, que lo
comprendiste.
A una transeúnte
(Traducción Ángel Lázaro)
Charles Baudelaire
Charles Baudelaire
3 comentarios:
Charles Baudelaire y sus Flores del Mal, nuestra poesía iniciática junto con los iniciáticos relatos de Poe. Una parte de nuestros orígenes literarios.¡Qué fuerza tiene la poesía de Baudelaire!
Y qué ideal es volver a ella en estos días ventosos.
O.K., Gavilán
¿Acaso, como bien dices, no llevamos la impronta de Poe y Baudelaire? Vover a ellos es como recordar nuestros días de pañales literarios.
Maravillosa la foto y el poema. ¡Chapeau!
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