El estado francamente ruinoso de las ruinas romanas les causó grima. Cuando alguno comentó que ni siquiera los ediles bonaerenses tolerarían tanto abandono, el lenguaraz defendió a la municipalidad local y, en un arranque imputable al despecho, cargó la culpa a los mismos turistas, que pagaban por visitar escombros y demoliciones. De tal suerte las giras constituyen ponderables cursos pedagógicos, ya que mientras recorremos paisajes pintorescos nos asomamos a imprevistas peculiaridades de la mente humana.
Confidencias de un lobo
Adolfo Bioy Casares
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