Mosco extremó la tradición ortodoxa del monje vagabundo. En Occidente, al menos desde que san Benito impuso el voto de estabilidad a principios del siglo VI, los monjes casi siempre permanecían enclaustrados en sus celdas; como se suele decir: "El monje fuera de su celda es como el pez fuera del agua". Pero en las iglesias orientales, lo mismo que en el hinduismo y el budismo, ha existido siempre la tradición de que los monjes puedan ir libremente de un gurú a otro gurú, de un maestro espiritual a otro maestro espiritual, recogiendo la sabiduría y los consejos de cada uno de ellos como hacen aún los sadhus indios. Los monjes ortodoxos griegos todavía no hacen voto de estabilidad. Y si después de haber vivido un tiempo en un monasterio deciden que desean sentarse a los pies de otro maestro en un monasterio distinto, seguramente en un lugar de Grecia diferente (o de hecho en el Sinaí o en Tierra Santa), entonces son libres de hacerlo así.
Desde el Monte Santo
William Dalrymple
2 comentarios:
Ellas no leen, ellas lo dejan todo como una patena.
Clausura
¡Tocado!
He visto a la monja barriendo en el convento.
Las fotos preciosas.
Un abrazo, amiga El patio.
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