jueves, 7 de octubre de 2010

Un visitante

Mario Vargas Llosa.Fuente:www.mvargasllosa.com
UN VISITANTE
Los arenales lamen la fachada del tambo y allí acaban: desde el hueco que sirve de puerta o por entre los carrizos, la mirada resbala sobre una superficie blanca y lánguida hasta encontrar el cielo. Detrás del tambo, la tierra es dura y áspera, y a menos de un kilómetro comienzan los cerros bruñidos, cada uno más alto que el anterior y estrechamante unidos; las cumbres se incrustan en las nubes como agujas o hachas. A la izquierda, angosto, sinuoso, estirándose al borde de la arena y creciendo sin tregua hasta desaparecer entre dos lomas, ya muy lejos del tambo, está el bosque; matorrales, plantas salvajes y una hierba seca y rampante que lo oculta todo, el terreno quebrado, las culebras, las minúsculas ciénagas. Pero el bosque es sólo un anuncio de la selva, un simulacro: acaba al final de una hondonada, al pie de una maciza montaña, tras la cual se extiende la selva verdadera. Y doña Merceditas lo sabe; una vez, hace años, trepó al vértice de esa montaña y contempló desde allí, con ojos asombrados, a través de los manchones de nubes que flotaban a sus pies, la plataforma verde, desplegada a lo ancho y a lo largo, sin un claro.
Los Jefes
Mario Vargas Llosa

4 comentarios:

Higinio dijo...

Un premio merecido.
Vargas Llosa dice:

"No escribo para demostrar nada y por lo tanto no me puedo proponer escribir libros positivos o negativos.Lo que me interesa fundamentalmente, y creo que es el caso de todos los escritores, es contar historias".
Suficiente.

Un saludo

Ar Lor dijo...

Y a ello hay que añadir sus innovaciones narrativas. Sus frases donde se pierde la conciencia del narrador.
Pasará a la Historia.

Carmen López dijo...

Poco más que añadir. Pues yo sí estoy contenta de que haya sido él.

elena clásica dijo...

Qué grandísimo escritor, el arte de la narración es un don, como el de la claridad, el señor Vargas Llosa bien puede presumir de que se haya enseñoreado en su espíritu.
Me ha gustado mucho lo que dices, querido Ar Lor, realmente el narrador lo consigue, olvidamos de dónde procede la historia. Otras veces, qué complicado juego de voces narradoras y la novela no deja de integrarlas en una amalgama perfecta.

Enhorabuena, don Mario, grande, grandísimo, uno de los del Olimpo.

Besazos, querido Ar Lor.