He aquí la hora de la noche, cuando
se asoma en las honduras del espacio
el rostro de la tierra despeinado,
tortuoso, que debemos consolar
con las tristes vigilias y las luces
tenues de un firmamento ciudadano.
se asoma en las honduras del espacio
el rostro de la tierra despeinado,
tortuoso, que debemos consolar
con las tristes vigilias y las luces
tenues de un firmamento ciudadano.
Viento de abismos negros y violetas
agita los resecos huertos, lleva
la queja por la calle de los gatos,
bate postigos desclavados, fuera
de las paredes quien se arriesga ve
el viento, los borrachos, el farol.
agita los resecos huertos, lleva
la queja por la calle de los gatos,
bate postigos desclavados, fuera
de las paredes quien se arriesga ve
el viento, los borrachos, el farol.
Y dices: este día ¿qué me trajo?
O nada o poco más de lo que deja
aparecer y desaparecer
en esos días bajos ostinatos
la cortina de lluvia abriéndose y cerrándose,
árboles, trozos de ciudad, carretas,
personas, lluvia sobre lluvia, humo.
O nada o poco más de lo que deja
aparecer y desaparecer
en esos días bajos ostinatos
la cortina de lluvia abriéndose y cerrándose,
árboles, trozos de ciudad, carretas,
personas, lluvia sobre lluvia, humo.
Traducción de Jesús Díaz Armas
Honor a la verdad
Mario Luzi
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