El hotel es una caja de Pandora, esa caja de donde escaparon todos los males y todos los bienes y en el fondo de la cual quedó la esperanza. ¿Qué no se hará en un hotel? ¿Qué escritor no ha escrito en uno, no ha situado en él la acción de un libro? Es un lugar novelesco donde la imaginación cruza por decorados en su mayoría reales. A veces al conocerlos se entenderán mejor los libros nacidos en ellos o que en ellos transcurren. Para quien viaja es quizá otra forma de abordar la literatura, incitándolo a llevarse ciertos libros a ciertas ciudades, un suplemento de alma para los paseantes de hoy, siempre con prisas.
"Era nuestra inquieta y malsana sensualidad la que definía la atmósfera del lugar", escribió Klaus Mann, y gracias a que en él se puede leer, el hotel -esa arquitectura del viaje- nos atraerá con la irradiación de los lugares, a través del sesgo de la literatura.
Traducción de Esther Benítez
Traducción de Esther Benítez
Hoteles literarios
Nathalie de Saint Phalle
2 comentarios:
Y posadas y mesones de caminos de la España del XVII. ¿Habrá guías de esto? ¡Cuántas páginas habrá escrito Cervantes en establecimientos de este tipo! El viaje imaginado dentro del viaje real. Un saludo.
Sin ninguna duda Cervantes en su vida azarosa habrá escrito muchas páginas en posadas y mesones. Lugares de tránsito, pero amenos y placenteros, donde la imaginación se encuentra a sus anchas..
Un fuerte abrazo, amigo Chimista.
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