sábado, 21 de enero de 2012

Portel, 10 de diciembre de 1966


Miguel Torga. Diario (1932-1987).

Soy un andarín incansable y las impresiones más profundas de los lugares que visito son precisamente las de las personas que en ellos encuentro. Estoy pensando, por ejemplo, en la dueña de una pensión de La Carolina, en España, que ensanchó con su amplia dimensión femenina los límites del paisaje. En los ojos de aquella turca que reflejaban la intimidad del mar Negro, en la figura de aquel Pope que hacía más intenso el bizantinismo de las iglesias de Atenas.
Si en este momento fuese ya posible ir a la Luna, yo no haría ese viaje. Un mundo sin seres humanos no me interesa. Soy un goloso de panoramas, sí, pero habitados. No deja de ser un riesgo. No siempre encuentro espíritus de excepción en mis andanzas. Pero, incluso así, prefiero mil veces la mancha oscura de su presencia en el decorado que voy descubriendo, que la blancura de su ausencia.

Traducción de Eloísa Álvarez

Diario (1932-1987)
Miguel Torga

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