" Una ciudad así me favorecerá y a la vez me frenará. Una ciudad así me hará tomar conciencia de que quizá no esté del todo desprovisto de atributos positivos. Tarde o temprano, en Berlín, averiguaré con auténtico placer lo que el mundo quiere de mí y lo que yo, a mi vez, puedo esperar de él. Es algo que veo y presiento ya a medias, pero que aún me resulta oscuro. Allí, en Berlín, se me aclarará; allí, en Berlín, lo veré con la deseada claridad alguna tarde o una mañana a primera hora. ¡Es preciso actuar, atreverse! En Berlín, en medio del remolino y del tumulto, entre toda la agitación de la vida en una metrópolis, entre los esfuerzos y actividades propios de ella, encontraré mi tranquilidad. Estoy seguro de lo que digo ahora aquí, y viviré lo que estoy hablando".
Por más que Dauthendey intentara amigablemente convencerme de que no viajara, a la mañana siguiente estaba yo sentado, pese a todos sus consejos, en el vagón de ferrocarril que me transportaría hacia lo incierto.
¡ Ah, qué estupendo es tomar una decisión y, lleno de confianza, salir al encuentro de lo desconocido!
Por más que Dauthendey intentara amigablemente convencerme de que no viajara, a la mañana siguiente estaba yo sentado, pese a todos sus consejos, en el vagón de ferrocarril que me transportaría hacia lo incierto.
¡ Ah, qué estupendo es tomar una decisión y, lleno de confianza, salir al encuentro de lo desconocido!
Traducción de Juan José del Solar.
Vida de poeta
Robert Walser
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