domingo, 3 de junio de 2012

Leer

Francine Van Hove. El prado florido.

Los intereses del escritor y los de sus lectores nunca coinciden, y la ocasión en que lo hacen no es sino un afortunado accidente.

De ninguna manera puede decirse que el placer sea una guía crítica infalible, pero sí que es la menos falible.

Hay libros que han sido injustamente olvidados; ninguno es injustamente recordado.

Traducción de Mirko Lauer y Abelardo Oquendo

La mano del teñidor
W. H. Auden

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