Marina Novikova. Japón.
15. Cosas que hacen latir deprisa el corazón...
Gorriones que alimentan a sus crías. Pasar por un lugar donde juegan niños. Dormir en una habitación donde se ha quemado incienso. Advertir que un elegante espejo chino está un poco empañado. Ver a un caballero que detiene su carruaje frente a nuestra portón y ordena a sus servidores que lo anuncien. Lavarse el pelo, acicalarse y ponerse ropas perfumadas. Aunque nadie lo vea, sentimos un íntimo placer.
Es de noche y uno espera una visita. De pronto nos sorprende el sonido de las gotas de lluvia que el viento arroja a las persianas.
Traducción de María Kodama y Jorge Luis Borges
El libro de la almohada
Sei Shonagon
2 comentarios:
El texto es precioso, parece extraño que ante la calma oriental pueda latir deprisa un corazón, es una paradoja exquisita un latido rápido frente a un espejo empañado.
Salud
Francesc Cornadó
En libro de Sei Shonagon está lleno de "cosas que caen del cielo","cosas elegantes","cosas que no pueden compararse",etcétera. Lleno de líricas y bellas enumeraciones, como la que comentas del espejo empañado. Nosotros, los occidentales, tras la primera impresión, limpiaríamos el vaho.
Un fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó.
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