Joseph Conrad, fotografiado por George Charles Beresford en 1904.
Es curioso cómo tú
que llevaste una vida errante,
azarosa o aventurera,
-cosa envidiable o al menos atractiva-
y que más tarde, desdeñando los mares
y los parajes exóticos que tanto amabas,
te recluiste en la monótona campiña,
donde apaciblemente dedicaste tus horas
a la lectura y a esas bellas páginas
que hoy te sobreviven,
concluyeses diciendo
que todo se reducía
a una sucesión de días malgastados
y a una lucha continua y necesaria
contra la mala suerte,
los errores y la propia conciencia.
Pórtico de la fuga (1979)
Miguel Sánchez-Ostiz
2 comentarios:
Preciosísimo. Una joyita.
Besos del alma.
¡FELIZ MARTES ! :)
Muchas gracias por tu amable comentario. Pasar de una vida aventurera a una vida sedentaria parece lo lógico. Hoy, en nuestros días, sin embargo, son cada vez más las personas que hacen lo contrario.
Un fuerte abrazo, amiga María del Carmen Nazer.
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