Juan Perucho, retratado por Albert Pons.
DEMORO todo lo que puedo el acto de escribir. Llega, no obstante, el momento (una fuerza oscura me empuja) de someterme a la tortura. Entonces, una inexplicable cosa sucede: de la tortura saco un goce, un cierto placer, pero sin que éste deje de ser al mismo tiempo un sufrimiento. Es, por lo tanto, un acto masoquista. Ahora bien, es el único acto que me justifica totalmente como el que soy y posiblemente sea un acto inscrito dentro de la más ciega fatalidad. Es decir, no susceptible de renuncia.
El duque de Portland sale a la calle (1988)
Juan Perucho (1920 - 2003)
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