Bankei Yotaku. Caligrafía zen.
89. Diálogo zen
Los maestros zen adiestran a sus discípulos jóvenes para que se expresen. Cada uno de dos templos zen tenía un niño protegido. Uno de ellos, cuando iba cada mañana a buscar verduras, se encontraba con el otro en el camino.
—¿A dónde vas? —preguntaba uno.
—Voy dondequiera que vayan mis pies —respondía el otro.
Esta respuesta dejaba perplejo al primer niño, el cual pidió ayuda a su maestro.
—Mañana por la mañana —le dijo el maestro—, cuando encuentres a ese chiquillo, hazle la misma pregunta. Cuando te dé la misma respuesta, pregúntale: «Supón que no tienes pies; ¿adónde vas entonces?». Eso le enseñará.
A la mañana siguiente los dos niños volvieron a encontrarse.
—Voy donde quiera que sople el viento —respondió el otro.
Esto volvió a desconcertar al pequeño, y fue a ver al maestro para exponerle su derrota.
—Pregúntale adónde va si no sopla el viento —le sugirió el maestro.
Al día siguiente los niños se encontraron por tercera vez.
—¿Adónde vas? —preguntó el primer niño.
—Voy al mercado a comprar verduras —replicó el otro.Transcritos por Nyogen Senzaki y Paul Reps
Traducción de Jordi Fibla
101 cuentos zen
Nyogen Senzaki, Paul Reps
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