Abelardo Castillo. Ser escritor.
Podrás corregir tus textos o no corregirlos. Tolstoi escribió siete veces Guerra y paz; Stendhal terminó La cartuja de Parma en cincuenta y dos días. El único problema es cómo se las arregla uno para ser Tolstoi o Stendhal.
Nadie escribió nunca un libro. Sólo se escriben borradores. Un gran escritor es el que escribe el borrador más hermoso.
Nunca escribas que alguien tomó algo con ambas manos. Basta con escribir
las manos y a veces es suficiente una sola. La gente en general tiene
cara, no rostro. No asciende las escaleras, sube por ellas. No penetra a
las recámaras, entra en los dormitorios. Evitarás los ventanales y
sobre todo los grandes ventanales. Dicho sea de paso, las ventanas no
son de cristal, son de vidrio. Lo mismo los vasos. No digas que alguien
empezó a cantar o a vestirse si no estás dispuesto a que termine de
hacerlo. En los libros la gente empieza a reírse o a llorar en la página
3 y da la impresión de seguir así hasta que se muere. Sé ahorrativo: si
lo que viene al galope es un jinete, no hace falta el caballo. La
inversa no se cumple. La palabra caballo viene misteriosamente sin
jinete.
Podrás escribir: “Volvió a verla tres días más tarde”, pero sólo a
condición de saber perfectamente (aunque no lo digas) qué le pasó a tu
personaje en esos tres días, y por qué fueron tres días y no una semana o
un año.
No cualquier cosa, por el mero hecho de haberte sucedido, es
interesante para otro. Esto vale tanto para escribir como para
conversar.
Ser escritor (1997)
Abelardo Castillo
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