Retrato de Diógenes, en Thomas Stanley, Historia de la Filosofía, 1665. Wikipedia.
Diógenes el cínico estaba de viaje cuando llegó a un río muy caudaloso y se detuvo ante la imposibilidad de pasarlo. Uno que se dedicaba a vadearlo al verlo perplejo se acercó y lo pasó. Diógenes, complacido por su amabilidad, se reprochaba su pobreza, que le impedía corresponder con su bienhechor. Estaba todavía pensando en esto cuando vio a otro caminante que tampoco podía pasar; el hombre corrió hacia él y lo cruzó. Entonces, Diógenes se acercó y le dijo: «Pues yo ya no te estoy agradecido por tu ayuda, porque veo que esto no lo haces por una decisión juiciosa, sino por manía».
La fábula muestra que quienes favorecen a quienes nada se merecen junto con las personas serias, no obtienen el reconocimiento de su servicio, al contrario, se les acusa más bien de insensatez.
Traducción de P. Bádenas de la Peña
Fábulas
Esopo (Siglo VI a. de C.)
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