Antonio Fuertes. Tren
Fragmentos de un diario de vacaciones
Lo que me gusta de una salida de viaje —dije mientras el mozo de blusa azul colocaba mi maleta en la red—, lo que me gusta de una marcha, es que nos libera de falsas desgracias. ¿Qué es una injuria tan pronto como el que ha insultado se haya a cien leguas de distancia? ¿Qué es el amor desde el momento que la amante está fuera de nuestro alcance? Sólo viajando —continué, dejándome caer sobre los almohadones— somos verdaderamente nosotros mismos. He aquí a Yorick, es decir, un cuerpo, necesidades, recuerdos, y no la casa de Yorick, los servidores de Yorick, los amigos y los enemigos de Yorick, la leyenda de Yorick y la fortuna de Yorick. Ya no hay bienes para administrar, excepto las seis camisas, los doce pañuelos y los veinticinco volúmenes que contiene esta maleta. Ya no hay que temer ni más llamadas ni más visitantes. En este momento, cuando el tren arranca, deslizándose sobre las vías chirriantes de la estación del Norte, decidí escribir el relato de mi viaje...
Entre la vida y el sueño
André Maurois (1885-1967)
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