Cometa Hale Boop, fotografiado por Franz Haar, en 1997. (Wikipedia).
que pasa cada seis mil años.
Las palabras despertaron.
Los oídos se embriagaron
con su clamor sigiloso.
Los ojos fueron cautivos
de su incesante manar,
que entretejía coronas en el aire
con las hebras del misterio.
Y nos recorrió un jardín
de quietud abarcadora
que en el confín del no ser
el puro ser custodiaba.
Vimos el cometa,
lo vimos y lo vemos
porque somos materia
de una estrella muerta
y la luz es nuestro secreto.
Paralajes (2002)
Clara Janés
No hay comentarios:
Publicar un comentario